25 de febrero de 2008

Evolución

Dejamos de ser pero nunca de estar. Nos transformamos, nos convertimos, nos reinventamos para alcanzar la armonía, para sobrevivir, para cubrir necesidades, para evolucionar en algo que sea mejor.


El humano con sus manos se coloco en una comodidad peligrosa, una comodidad dependiente, una realidad paralela a la simple vida de supervivencia, rompió con el ciclo natural de la vida. En esa rápida y peligrosa evolución surgió la mas temible de todas las criaturas, capaz de crear y destruir.
Frágil y sin embargo poderosa. Con la asquerosa capacidad de darle sentido a todo y limitandolo, de creer que todo empieza y termina, porque su existencia así sucede.
Una criatura que rompe con la armonia, la equidad natural.
La sociedad parece ser nuestro peor castigo por no respetar la vida, por no respetar la muerte, por temerle a cada una de ellas y no aceptar lo que son, la armonía perfecta de un sinsentido maravilloso. De algo que nunca podremos definir, ni corromper.