6 de abril de 2009

Veintidos Otoños.




Llegué al otoño 22.
En otoño empatizo con los árboles, me siento desojarme.

y es magnifico. Liberador. Nostálgico, con cierto encanto a viejo, lo que paso que se aleja y en esa perdida un instante de volver a sentirlo, a olerlo, a saborearlo, hasta que cae y estática como el árbol que observa desde el mimo lugar, las hojas que el suelo toma, o quizás se lleva el viento, o tal vez serán eternas guardadas en un libro.
Me gusta guardar Hojas en los libros, salvarlas, como un recuerdo añejo guardado en una cápsula del tiempo.

Hojas guardadas en un libro, hace aproximadamente 10 años.


Sin embargo, si no me desojará cada tanto no podría florecer. Dejar caer las hojas muertas, lo que ya cumplió su vida, para lo nuevo, lo que se gesta lentamente para algún día ser color, vida, aroma... y luego secarse y morir.


Por eso las hojas se guardan en la tierra, se las lleva el viento, o quedan solo algunas pocas en algún libro... Solo algunas pocas.