donde?

y si no tuviera la cabeza sujeta al cuello, quizás también la perdería. Si es que... quizás ya la perdí.

I

Ella pensó que no debería acostumbrarse a la cuenca de su hombro y aquel lugar en su pecho con la forma definida de su propio cuerpo. Sin mencionar la humedad de sus labios que visiblemente escondían más de un secreto.
En la pequeña arruga del final de su propia mejilla y el principio de su boca, empezó a sentirlo: crecía un miedo desmedido, hasta ser ruido-sonido-palabras-sentido.

"Es tarde" dijo

"Para qué?"
él le pregunto.

"Para todo"
dijo en tono impávido, en posición de su propio amparo.

Él inhalo profundo descendiendo sobre la cabeza turbada, que aun yacía sobre su pecho esperando, sin certidumbre, alguna réplica.
Olía en su cabello azabache, azúcar negra. En su cutis dibujado de jazmines, tomillo y canela. En sus ojos cándidos, vio el mar y la tierra, imprudencia y cautela.
Aprisiono una sola de sus manos en la suya.

"No para mi. Acabo de renacer en este mismo instante."







(Alguna suerte de inspiración nocturna que vino a mi cabeza sin dejarme dormir... Seguro iba a olvidarme mañana.)

hurricane

Decidida a reservarme algunas conclusiones,
en la frecuencia de mi mente...

ya solo son desecho.