11 de julio de 2019

Carne roja

Quiero abrir mi corazón como un portón a un jardín secreto,  en un recóndito silencio donde revolotean mariposas y se alimentan los beijaflores, cuando caiga el sol por la tarde y pinte las nubes de naranja y de rosas.
Quiero abrir mi mente como una inmensa ola que percute las piedras con paciencia, que va y que viene, que también se hace pequeña, a sabiendas que esencialmente siempre pertenece a la inmensidad
Quiero sentir mi carne roja como la tierra cuando es roja, como la sangre cuando cae en mis piernas. Acostarme en el suelo desnuda a percibir la vida, abrazar a la madre, saberme contenida.
Quiero que se sepa que lo que llaman tiempo es una cárcel, una caja redonda donde gira una condena.
Quiero que toda persona disfrute de la cálida esperanza del amanecer, de la bella paz del atardecer y adentrarse al misterio de la noche allí donde el tiempo, aquel que no entra en cajas, lo marcan las estrellas.