24 de junio de 2016

Dormida

Cuando estoy pasada de sueño se exacerba mi percepción, mi sensibilidad y mi humor negro. Tengo la sensación de que este estado despierta la visión de todo lo que impregna lo cotidiano y se vuelve casi imperceptible en el apuro y estar mitad despierta. Como si fuera el diafragma de una cámara que al estar más abierto, captura más luz y más detalle y todo ese detalle se retrae hacia mis emociones más profundas, volviéndolas más complejas y más libres. La belleza en la tristeza.