27 de enero de 2015

Fluye quieta


Hacen eco las palabras, para perderse donde va la nada, cuando el corazón propone un torrente de sangre que fluye por el cuerpo.
La razón asecha cual tigre en la hierva a una inconsciente presa que sabe e ignora, que en su vigilia habita su misma cazadora, unidas por las vertebras, fallando siempre. Se pertenecen y se temen, son una y se muerden. Se paralizan en la distancia, sangran cerca.
El interminable ciclo.